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sábado, 18 de octubre de 2025

Desde un punto muerto, lacl / Galería de Orfeo: Farewell to Storyville.

 © lacl 



Este conato de la palabra lo publiqué por el mes de diciembre de 2011 en este blog, pero se hallaba un tanto perdido en una glosa dedicada a los zamuros. De allí lo extracto, para publicarlo en soledad. 

Salud, lacl 

***

Estoy en un punto muerto.


Soy un gavilán.


Fiel compañero de aquel que,

desde hace diez noches,

esgrime sus poderosos lamentos

de bestia solitaria,

sobre el techo de mi cuarto,

mi techo cosmopolita,

absurdamente ciudadano.


Cuando llego por las noches

y escucho su lamento solitario,

salgo al balcón

y bestializo mi cantar,

contrapunteamos nuestras soledades.


El está solo, en un punto muerto.


Yo estoy solo, en un punto muerto.


El punto desde el que cada cual

puede comenzar a batir sus alas y volar.


(lacl, forma parte de un cuaderno de apuntes y cantos escritos durante el primer lustro de la década de los 90)

© Fotografía de lacl ©


***

Galería de Orfeo: Farewell to Storyville.



© [Luis Alejandro Contreras Loynaz/LetrasContraLetras - contracorrientes]. Todos los derechos reservados. Fecha de creación del blog: 2007. ©

viernes, 17 de octubre de 2025

Escrito al desgaire, lacl / Un dúo de maravilla: Nature boy.

 © lacl 



A esas alturas tú todavía no estabas a la altura.


***


Nunca se trató de subir más alto, acaso ni siquiera se trataba de subir, sino de adentrarse y hasta de hundirse.


***


Hoy subes la vista al cielo y te sorprende la casi inválida apariencia de un ave de rapiña estampada entre las nubes. 

Y te miras colgado allí, tan allí como aquí estás.


[lacl, Anotaciones Android, 16/10, 2025.]

Fotografías: lacl ©

***

Un dúo maravilloso.

Ella Fitzgerald and Joe Pass, Nature boy.



Ella Fitzgerald and Joe Pass,  Duets in Hannover 1975  




© [Luis Alejandro Contreras Loynaz/LetrasContraLetras - contracorrientes]. Todos los derechos reservados. Fecha de creación del blog: 2007. ©

miércoles, 15 de octubre de 2025

Una razón de Perogrullo. / GALERÍA DE ORFEO: Una joya entre las joyas, Fine And Mellow

 © lacl 



Los ojos no necesitan de un maestro a la hora de discernir aquello que es correcto de lo que es incorrecto, o de diferenciar lo que es hermoso de lo que repugna. Porque los ojos, como los otros sentidos, nacen para ser amaestrados y muy pronto comienzan a serlo.

Los ojos, se piensa, no disciernen, pero es un pensamiento equivocado. Los ojos son parte del discernimiento, porque los ojos conectados van al corazón que, a su vez, conectado va al plexo, a la testa y al espíritu. 

Lo mismo sucede con el acto de la escucha y el resto de los sentidos, sin excluir el sexto, ni el instinto de la percepción, el prodigio de la imaginación, el brote de la anticipación, el raptus del vuelo del alma. El mundo sensible está conectado, como un tándem, al mundo de lo sentido.

lacl, Anotaciones Android, 14 de octubre 2025. 

Nota bene: A un razonamiento tan básico o primario como el esbozado arriba no le voy yo a calificar como una verdad de Perogrullo, siendo un aserto que se cae de simple. Supongo que ha de haber surgido porque, de cuando en cuando, nos ataca una interior necesidad de volver al ABC, a fundamentos que solemos dar por materia vista. 


GALERÍA DE ORFEO: UNA JOYA, FINE AND MELLOW


Una joya entre las joyas. Billie Holiday, Fine And Mellow -1957, Billie Holiday With Coleman Hawkins, Lester Young, Ben Webster, Gerry Mulligan, Vic Dickenson, Roy Eldridge.Luxury


https://www.youtube.com/watch?v=TaPIyo51cr4 





 © [Luis Alejandro Contreras Loynaz/LetrasContraLetras - contracorrientes]. Todos los derechos reservados. Fecha de creación del blog: 2007. ©

sábado, 11 de octubre de 2025

Un agente secreto: Joseph Conrad. / Fragmento del prólogo de Joseph Conrad a EL AGENTE SECRETO / WINTER: Ojos de lobo

 © lacl 


Un agente secreto: Joseph Conrad. 


Se trata de El agente secreto.

Se trata de Joseph Conrad y el ejercicio del puntillismo psicológico o, si se quiere, anímico en el arte de narrar una historia o componer un relato. 

Es una novela triste, modernamente triste, y quiero decir que lo es porque prefigura el generalizado desarraigo de nuestra hora actual con una precisión de relojero suizo. Desnuda, con inmisericorde escalpelo, la triste alienación que signa lo que, acaso erróneamente, entendemos por modernidad, esa abstracta hora actual que palpita en la psique colectiva, esa hora heteróclita que corre, justo ahora, a las 2:50 a m de una fecha de octubre de 2025. Conrad la escribió en los albores del siglo XX, en el borderline entre el "mundo de ayer" y sus farolas de gas, y el resbaladizo futurismo científico de un mañana ilusionista, un mañana que no llega, aunque en todos los recovecos del orbe se eleven himnos ante su admonición. 

Si pudiéramos convenir en que uno de los rasgos que definen a la humanidad es su casi infinita predisposición para cultivar una implacable impiedad, quizás tendríamos que convenir también, en que la humanidad ha sido siempre muy "moderna". Conrad ha cambiado, para esta obra, de escenario. Ya no son los mares del sur o una jungla del Congo. Ya no se trata del choque de una cultura de "progreso" con una cultura "salvaje", términos que entrecomillo por ser perfectamente intercambiables, sino que decide internarse en la jungla citadina de una capital de Occidente, Londres, la urbe donde reside.

No voy a cometer la imprudencia de contar una novela, pero sí deseo resaltar algunos rasgos en los que Conrad ha sido un maestro. Lo fue en el arte de develar las incongruencias de una humanidad atascada en su propia lucha por avanzar como civilización, mientras cultiva la más refinada de las barbaries. Y a la hora de narrar es un maestro en otro arte: el de no tomar partido por las personas (personajes) o las situaciones sobre las que se levantan los cimientos de sus obras. Ese trabajo se lo deja al hipotético lector de sus obras. Y es una condición humana propia de su psique la que le lleva a trabajar bajo tales parámetros. Me parece que debo puntualizar: cuando afirmaba que esta obra es "modernamente triste", es porque así la ha preconcebido el autor. En toda la obra no hay una sola persona que no se guíe por el cálculo y la especulación psicológica sobre el entorno, seres que no conocen la candidez, seres que permanentemente se encuentran cavilando sobre los pros y los contras con respecto al resto de seres con los que conviven o tratan... 

Bueno, no todos (y esta será la única y exclusiva vez en que haré referencia a un pasaje de la obra), porque habría que anotar la significativa excepción de un ser desvalido, un joven cuya particularidad es la de ser una persona que no es tomada por "normal". Pues bien, el único personaje de la obra que muestra signos de cándida humanidad es precisamente el joven Steve, un ser mentalmente discapacitado.

Una escena del relato nos induce a rememorar aquel suceso en el que se prescribió la pérdida de la razón por parte de un hombre como Friedrich Nietzsche. Se dice que el filósofo alemán jamás pudo recobrar la razón luego de que contemplara una escena de crueldad de un cochero hacia su caballo. Tal acto de vileza le causó una conmoción tan fuerte en su sensibilidad, que nunca más recuperaría su razón. El joven al que aludo en esta novela de Conrad, presencia un acto de crueldad por parte de un cochero hacia su caballo, y esa experiencia le sume en una crisis emotiva tan fuerte que salta del coche en el que se traslada con su familia, suscitando una situación de caos entre el cochero y su familia, ante el angustioso rechazo y repugnancia que le causa la crueldad de que ha sido testigo.

Y en la humilde opinión de un servidor es éste el tipo de rasgos que hay que tomar en cuenta cuando se lee esta obra o cualquiera otra de las creaciones de un afamado y, quizás, poco leído escritor, nacido en Polonia y que eligió la lengua inglesa a la hora de tomar la pluma...

Como punto final, cabría recordar, y es para tomarlo en cuenta, que el padre de nuestro escritor (tan polaco como su hijo) pasó su buen tiempo en Siberia, cual lo indica la añeja tradición rusa. Que Conrad quedó tempranamente huérfano. Y que estos han de haber sido algunos de los ocultos móviles de esta novela, la cual trata de un doble agente que trabajando para un "imperio del hemisferio oriental", es, a la vez, confidente del jefe de la policía inglesa.

(lacl)

*** * ***

Agregaré acá un fragmento de su prólogo a tal obra. En ese introito recordaba Conrad una conversación que tuvo con su amigo, el escritor Ford Madox Ford:

"...recordamos la ya vieja historia del intento de volar el observatorio de Greenwich; una sangrienta insensatez, tan enormemente estúpida que resulta imposible desentrañar su origen por ningún proceso mental razonable, o incluso irracional. Porque la sinrazón perversa tiene su propios procesos lógicos. Pero aquel atentado no podía ser concebido mentalmente en ninguna forma, de modo que uno quedaba ante el hecho de un hombre hecho pedazos por nada que pudiera, ni en lo más remoto, parecer una idea, anarquista o no. En cuanto al muro exterior del observatorio, no sufrió ni la más ligera grieta.
Señalé todo esto a mi amigo, que permaneció callado algún tiempo, y después observó, en su acostumbrado tono fortuito y omnisciente: 'Ah, aquel tipo era medio idiota. Su hermana se suicidó después'. Estas fueron absolutamente las únicas palabras que se cruzaron entre nosotros, ya que la enorme sorpresa ante esta inesperada información me dejó sin palabras por un momento y él pasó a hablar de otra cosa..."

(J. Conrad)

***

WOLF EYES / WINTER






Greenwich




© [Luis Alejandro Contreras Loynaz/LetrasContraLetras - contracorrientes]. Todos los derechos reservados. Fecha de creación del blog: 2007. ©

domingo, 5 de octubre de 2025

Guarida de los poetas: Dylan Thomas / Lectura. In My Craft or Sullen Art - En mi oficio o arte sombrío. / Otros registros.

 © lacl 

Este poema fue una de las primeras cosas que publiqué en este blog, corría el año 2007 (*). Forma parte de un escrito más largo, intitulado Ars Poética y el poema como Ars Poética, en el cual no sólo se agrega este poema y otro de la admirada y querida Fina García Marruz, sino un texto de Aldo Pellegrini y un panfleto que por años invadió las librerías con palabras atribuidas a Nietzsche en un libro que nunca escribió: Mi hermana y yo.

Pero hoy, al recordar a Dylan Thomas, deseo extractar ese poema, dado que siempre lo he considerado un himno interior, con visos de auto de fe o de arte poética, para todo ser humano que pretenda honrar y, sí se quiere, cultivar la palabra alada. 

Recuerdo que una vez se lo leí a un querido maestro, mentor y guía (sin él proponérselo) en la escuela de letras, comentándole antes las razones por las que le consideraba y aún le considero un poema acrisolado y redondo. Su cara se iluminó de franqueza cuando, tras la lectura, añadió una sencilla admiración. 

El registro que se añade es, por lo demás, una de las más  francas lecturas que haya registrado Dylan Thomas de sus propias creaciones. Rezaba su himno con voz pausada y lenta, casi diríamos que con voz cansada, y ello le da un giro más conmovedor al tono de sus palabras...

(lacl)

(*) Dejo aquí el enlace por quien quiera curiosear: https://letrascontraletras.blogspot.com/2007/07/ars-poetica-y-el-poema-como-ars-poetica.html?m=0

*** * ***

Dylan Thomas:

EN MI OFICIO O ARTE SOMBRÍO 


En mi oficio o arte sombrío

ejercido en la noche silenciosa

cuando sólo la luna se enfurece

y los amantes yacen en el lecho

con todas sus tristezas en los brazos,

junto a la luz que canta yo trabajo,

no por ambición ni por el pan

ni por ostentación ni por el tráfico de encantos

en escenarios de marfil,

sino por ese mínimo salario

de sus más escondidos corazones.


No por el hombre altivo

que se aparta de la luna colérica

escribo yo estas páginas de efímeras espumas,

ni para los muertos encumbrados

entre sus salmos y ruiseñores,

sino para los amantes, para sus brazos

que rodean las penas de los siglos,

que no pagan con salarios ni elogios

y no hacen caso alguno de mi oficio o mi arte.


Dylan Thomas, Edición original: COLLECTED POEMS, Traducido por Elizabeth Azcona y publicado por Fabril Editora, Buenos Aires, bajo el título de POEMAS COMPLETOS, 1974. 


IN MY CRAFT OR SULLEN ART

by Dylan Thomas


In my craft or sullen art

Exercised in the still night

When only the moon rages

And the lovers lie abed

With all their griefs in their arms,

I labour by singing light

Not for ambition or bread

Or the strut and trade of charms

On the ivory stages

But for the common wages

Of their most secret heart.

Not for the proud man apart

From the raging moon I write

On these spindrift pages

Nor for the towering dead

With their nightingales and psalms

But for the lovers, their arms

Round the griefs of the ages,

Who pay no praise or wages

Nor heed my craft or art


Dylan Thomas

In My Craft or Sullen Art

En mi oficio o arte sombrío






Otros registros




© [Luis Alejandro Contreras Loynaz/LetrasContraLetras - contracorrientes]. Todos los derechos reservados. Fecha de creación del blog: 2007. ©

martes, 30 de septiembre de 2025

En memoria de Marcelo Sztrum

 © lacl 


Unas palabras de Mery Sananes en tributo a la memoria de nuestro común amigo, Marcelo Sztrum, quien partió de estas comarcas descalzado y en puntillas. No nos enteramos de que se había ido, sino mucho después de iniciada su travesía a parajes no visibles para lo que de este lado del espejo comulga y vibra. Y es por esta razón que agrego de antesala unas palabras que dejé como comentario al tributo que más abajo se lee.

Este memorioso y humilde homenaje al amigo se me había quedado en la columna de los pendientes, en forma de borrador, desde Agosto de 2024. Y no porque haya pasado un año y más, la memoria se hace desmerecedora: todo lo contrario. La memoria afectiva afínca sus pies al paso de los días.

 (lacl, 30 de septiembre de 2025)

P. S. También le he dado salida a la entrada que se había quedado en el borrador correspondiente al 10 agosto de 2024. 


***

Gracias, Mery, por tu hermosa y sentida ofrenda al querido Marcelo. En los últimos años (hay que decirlo, pues ya es cuestión de años y no de meses) hemos y habíamos hecho -valga esta redundancia del tiempo- algunos cambios en nuestra recurrencia conversatoria, cambios evidentemente impulsados por razones que van más allá de nuestros alcances personales. Pero en los últimos tiempos, desde el año pasado habíamos retomado las conversas. Y como siempre, temas y variaciones principalísimos fueron los cantos y los nombres, o los cantores o la genealogía del orar. Nuestro amor a una etimología del orar, sin obviar las locuras del mundo, el vaivén de la sinrazón, aquí y/o allá, y la sociopatología imperante en tantas esquinas del orbe. Pero, ¿cómo olvidar esas extraordinarias conversas en las que cada palabra cobraba nuevos visos e, incluso, nos daban pie para el nacimiento de otras dicciones? Imposible olvidarlas, dejaron su sello en nuestra memoria.

Sin embargo, algo no andaba bien, según me dijo, sin querer entrar en profundidades, asunto que por discreción le respeté. Ante el repentino silencio de su voz, me asaltó la sospecha de que se hubiera tomado un tiempo para encarar íntimas vicisitudes. Y me pareció muy extraño que no hubiera dejado una sola palabra, una cifra, un rastro, sino un puro silencio. 

Ayer nomás visitaba los recuerdos compartidos y ahí estaban, tres o cuatro publicaciones suyas, insinuando melodías, con llamados y corchetes y difusas y convites, semidifusas y entusiasmos; como siempre, tan memorosas como amorosas. 

Yo he estado algo callado, dedicado a asuntos personales, aunque sin olvidar el afuera de los amigos y de la gente querida o el afuera del mundo, tan caros para el adentro del pecho, y sin poner a un margen ese cuaderno de notas que significa un blog y que es como un taco de papel virtual. Ajeno a ciertas redes, ni siquiera leí una nota del 19 de abril (2024) en el que nuestra amiga Maguy me consignaba una frase tan filosa como un cuchillo recién amolado, murió Marcelo... 

Y nuevamente la zozobra, el estupor, el puño alzado cual un rebelde huérfano. 

Me dije de inmediato: pero cuán desvestido anda nuestro tiempo, no hay forma de abrigarlo, ni de vestirnos con él. Me dolió tanto eso que no quise publicar nada ni decirle nada a nadie, al menos en ese momento, sino solamente atestiguar mi pasmo y luego retirarme a un invisitado mentidero.

En fin, ya parezco un contestatario jovencito imprecando contra las parcas. Así que volveré a mi mentidero, pero no sin antes agradecerte ese vuelo, pues con el plumaje conjugado en tu voz, le has alado las palabras y le has palabreado las alas, y ya Marcelo en su vuelo no será un Ícaro hijo de Dédalo, sino un Dédalo volando junto a Ícaro, y un Pegaso y un Helios, y un gavilán y un albatro. 

Planea sobre las escaleras del aire el alma de Marcelo. 

Salud, Marcelo.

Gracias, Mery.

(lacl, agosto de 2024.)


***

Mery Sananes 

Palabras aladas para Marcelo Sztrum

Mi muy querido y admirado Marcelo

Te escribo a destiempo. Te me fuiste sin aviso mientras yo hacía caminatas para recoger las imágenes de tu pájaro preferido que se convirtió en una conexión maravillosa. Desde hace mucho siempre los esperábamos cuando se acercaba la estación en la que aparecían buscando hacer nido. Y compartíamos la belleza de su vuelo y su encontrar en la hierba los gusanitos que satisfacían su hambre. Y, enterada hoy, a través de Luis Alejandro, de tu fuga hacia los cielos abiertos y la tierra florecida, los petirrojos preguntan por ti. Y yo retengo la tristeza porque siempre fuiste como ellos mientras encontrabas en cada palabra un vuelo de pájaros que había que conjugar en su sentido mayor.

Cuantas lecciones nos has dejado, cuanta sabiduría alcanzábamos leyéndote. En cada palabra encontrabas lo oculto que tantas veces recogía el sentido mayor fundido en la música de los alfabetos. Y lo has de seguir haciendo, salvo que ya no desde ese diminuto espacio desde el cual repartías los más densos sortilegios, sino desde el espacio infinito de tus paisajes de siempre.

Y no hay manera, mi querido Marcelo, que tus palabras desaparezcan. Porque desde tu tribuna dejabas huertos y caminos, cielos y tormentas. Y de ti aprendimos a no dejar pasar lo inadvertido para que, hurgando, pudiésemos descubrir el verdadero sentido del lenguaje. Seguirás, desde otros confines, entregándonos el misterio de la voz. La dimensión de la palabra, jamás retenida sino hecha libertad en las alas de nuestros petirrojos.

Siento que has alcanzado tu lugar favorito. Ese que no tiene puertas ni cercas, pero sí espacio para toda tu sabiduría. Las hojas volátiles de tus libros serán tus guardianes y tu compañía. Y no detendrás tus labores porque vivimos tiempos muy oscuros y requerimos vuelos sin tormentas. Y esa mágica visión de lo inexistente, traducido a una palabra libre de ataduras.

Ahora podremos compartir los lechos de flores, el alado rubor de los petirrojos, y el abrazo que no llegamos a darnos, quedará sembrado como un jardín inserto en el interior del corazón. No te despido, Marcelo. Te llevo conmigo en cada pasaje de un petirrojo haciendo nido en el viento.

Y te seguiré queriendo siempre

Mery

07/08/24

En este enlace se va al blog de Mery Sananes y la publicación referida:

https://embusteria.blogspot.com/2024/08/de-una-palabra-libre-de-ataduras.html

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© [Luis Alejandro Contreras Loynaz/LetrasContraLetras - contracorrientes]. Todos los derechos reservados. Fecha de creación del blog: 2007. ©

domingo, 28 de septiembre de 2025

Fragmentarias, lacl / I'll See You In My Dreams

 © lacl 



Ninguna palabra significa exactamente lo mismo en boca de Pedro que en boca de Juan. Tampoco significó lo mismo en boca de Pitágoras que en boca de Zenón. Lo cual induce a pensar sobre la indispensable comparecencia del diálogo para llegar a algún entendimiento. De tal modo que no era necesario erigir ninguna torre de Babel para que hicieran aparición entre los hombres los exabruptos de la incomprensión.


lacl, Anotaciones Android, amanecer, 20/09/25.

Lucero de la mañana...


*** * ***


Siempre he alegado que ese es el más precioso de los tiempos, ese que haciéndose va siendo..


lacl, para una aproximación al gerundio... Anotaciones Android, 12 12 2023


*** * ***


Hemos lapidado nuestro enlace con la muerte, esto es, con el más allá. Hasta eso hemos matado. 

Y eso no puede significar otra cosa sino que hemos abolido el vivir. 


lacl, Adagios del amanecer, 17 / 03 / 2020



I'll See You In My Dreams | La Bouche Manouche Feat. Irene Serra

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